1/11/10


2.La sorpresa


2.La sorpresa

Estaba enfrente a mi tocador, cepillando una y otra vez pequeños rizos dorados de mi cabello. Jugaba con ellos con mis dedos, y los volvía a acomodar de tal manera que me sintiera cómoda al verme en el espejo, que tenía de madera barnizada, de un tamaño el cual solo podía observar la mitad de mi cuerpo.
Destellos de sol entraban por mi ventana, iluminando mi piel blanca, tan blanca como la luna, como un vampiro.
En esos instantes, me llego un olor muy dulce… Uno el cual creo que podría reconocer muy fácilmente. Esa miel de abeja, la cual desde pequeña iba a sacar del panal, con la manada… con Jake.
Por supuesto que al principio era a escondidas de mi mamá, pero cuando una abeja me dio un pinchazo en mi brazo izquierdo –el cual verdaderamente no recuerdo haber sentido dolor alguno-, Seth me tomo en brazos y fue corriendo hacía la casa de cristal, gritando histéricamente “¡Ayuda! ¡Nessie esta grave! ¡No respira! ¡Ya no tiene un brazo!”. Pero, la verdad era que si estaba respirando, y por supuesto que tenía mi brazo, solo que me asustaba la situación en la que estaba a punto de arruinar mi diversión recolectando miel –además de que el exageró mucho la situación-.
Salí de mi habitación, y como era de esperarse, había en un plato una pila de  hot cackes sobre el redondo comedor –donde solo cabían 4 sillas- , y estaban adornados con fresas en medio, haciendo una pequeña flor –suspire- tan típico de ella…
Observe que mi papá no se encontraba en la casa…
-         Buenos días, Ness.
-         Hola, mami… -me acerque a la mesa, donde ella me estaba esperando sentada, solo que sin nada en su plato- ¿Dónde está papá?
-         Ah…él, él está… -a pesar de todo creo que nunca aprenderá a saber mentirme, y mucho menos a Edward
-         ¿Fiesta sorpresa? –la interrumpí
-         Alice… -coincidió conmigo, al darse por vencida de llevar a cabo una “gran mentira”- Pero por favor, trata de sorprenderte. Tienen mucha ilusión de hacerte esta fiesta de cumpleaños…
-         No tienes de que preocuparte, aunque no me sorprendería que ella ya lo supiera a estas alturas…
Cuando me iba a responder, fue interrumpida por un gritó sofocado de…Alice.
-         ¡¿BELLA PODRÍAS MENTIR MEJOR?! –se escuchaba la desesperación de mi tía y sarcasmo amargo desde la gran casa
Si pudiera, Bella ya estaría ruborizada…Solo le dedique una sonrisa para infundirle calma, y ella me la regreso, pero…No como yo hubiera querido que lo hiciera.

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